“Este es mi barrio, esta es mi calle, esta es mi vida”“, es la frase que mejor resume la película. En ella el protagonista es la imagen fiel de cualquier hombre norteamericano de mediana edad, y clase media, que abre los ojos frente a la realidad en la que vive. El sueño americano en donde “todos podemos acabar siendo presidentes de gobierno, grandes empresarios o sencillamente millonarios”, es cada vez para más gente irreal y absurdo. Es como si Lester despertase un día y se percatara de cómo han jugado con sus ilusiones, construyendo castillos de arena para él, y obligándole a desechar toda esa libertad que ha perdido al frente de su papel de ciudadano medio.
En la película destaca también el papel de la Lolita Ángela, ( Mena Suvari), en la que Lester verá puestas todas sus esperanzas de lucha, de supervivencia… La nueva buena incorrupta que puede cambiar las cosas, y que nos ofrece una de las imágenes más bonitas de los últimos años, (¿quién no recuerda los pétalos de rosas?). American Beauty, en definitiva, arranca las cortinas de los barrios residenciales de Norteamérica, y lo hace en forma de comedia oscura, inquietante y perturbadora.
Se trata de un film divertido, triste, melancólico y la vez esperanzador. Un conjunto de buenas interpretaciones, sorprendente guión y un debut realmente destacable de Sam Mendes como director de cine.
¡Ah! Y se llevó el Oscar…
